lunes, 5 de octubre de 2015

Bienvenidos sean al Paraíso

Porque todos tenemos una voz interior. Porque algunos, seguramente los menos, hasta nos atrevemos, conscientes de ser observados y señalados como los esquizofrénicos del barrio, a ponerle nombre a esa voz.
El nivel o grado de locura de un individuo es directamente proporcional al nombre que le pongamos a esa voz. ¿Qué clase de loco le pone, por ejemplo, Tintina a su voz interior? ¿Se imaginan una voz susurrándonos al oído que se llame Pepino? ¿Pepito? ¿Juan Ignacio? ¿Qué clase de loco maníaco bautiza a su voz como Capone, Jack, Ricardo?
Esta voz, la mía, la nuestra, porque quizás llegue a ser una voz interior colectiva, se llama Vicky. Vicky es la encargada de hacer las veces de angelito cuando corresponde, y es esa diablita divina que nos susurra al oído casi imperceptiblemente que le pongamos el pie a un ciego, esa que nos obliga a reírnos de alguien que se cae en la calle, es ella, y solo ella, quien nos aconseja dejar de saludar al vecino y/o vecina porque utiliza el árbol de nuestra vereda para estacionar su auto los días soleados. Vicky no es ni más ni menos que eso. Un Ángel y un Demonio. Dios y el Diablo. Aceite y agua. Gata y perra. Arena y cal. Y así podremos enumerar cantidad de ejemplos que ustedes ya entendieron.
Vicky´s Books no es sino ese intento cruel por mantenernos vivos, esa sana excusa por la cual muchos matarían. Tenemos algo, y eso, en los tiempos que corren, es mucho decir.

Bienvenidos sean al paraíso.

Lee más de Vicky's Books en su Página Oficial.

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