domingo, 28 de diciembre de 2014

Patricio Rey demanda a Solari y Beilinson.

La noticia se confirmó este último viernes, pero recién vio la luz hace unas horas, cuando desde los tribunales se tuvo acceso al expediente en el que Patricio Rey, un hombre de 47 años que vive en la zona de Recoleta, casado con un hijo, demandó tanto a Carlos "Indio" Solari como a Skay Beilinson, reclamando una suma millonaria por derechos de autor, una cifra que superaría los 35 millones de pesos, o pidió al juez que estos dos artistas, fundadores de Los Redonditos de Ricota, dejen de tocar en vivo las canciones de la mítica banda.
Esta demanda no le tocaría tan de cerca al guitarrista Skay, ya que él en su repertorio suele incluir muy pocas canciones de Los Redondos, pero habrá que ver que hará el Indio Solari en su próximo show, si paga la multa o si deja de tocar las canciones.

martes, 23 de diciembre de 2014

Si es tecno que no se note

Por Mister Buble. Cuando el Empresario Rocker incursionó en los sonidos electrónicos y se atrevió a montar un disco debut al que titulo Mister Zoloft, muchos creyeron haberlo perdido, el nuevo Sid Barret decían, un viaje del que no pudo regresar. Pero sorprendió más adelante con su segundo disco, Dark Down, considerado dentro del género como una ópera electrónica. Muy pocos dieron fe de lo que estaban escuchando, ya con un Rocker más sobrio, con página propia (DISCOGRAFIA DE ROCKER) desde donde escuchar y descargar sus discos.
El milagro se dio esta noche, en la mítica Trastienda, donde antes del show principal Rocker subió a escena y tocó varios de sus temas, inclusive hasta se atrevió a mostrar un par de temas inéditos.
Un par de (des)colgados se dieron cuenta que se trataba del mismísimo empresario, y comenzaron a corear su nombre, a pesar de que en ese momento el público no superaba las 50 personas, el olé, olé, olé, olé, rocker, rocker... se hizo oír.
Avanzado el show la gente, ya rozando el centenar, se dio el lujo de improvisar un nuevo canto, esto no es cumbia, ni rocanrol, se llama tecno la puta que lo parió... y no faltaron los fieles ortodoxos que con su "es para Pappo que lo mira por TV" consiguieron que Rocker hablara por primera vez en la noche.
- Me dijeron que estaba loco - dijo el artista - Y ahora lo compruebo.
Hubo un par de invitados estelares, la primera luego de decir: - Les quiero presentar a una amiga -, todos comenzaron a mirarse de reojo y a apretujarse contra el escenario, para darle lugar a Vicky, quien vestida de ocasión saludó tirando varios besos a la tribuna, soplándolo desde la palma de su mano. Los silbidos y groserías no se hicieron esperar, y la canción She's Coming, del segundo disco, fue entonada por Victoria, para el total y absoluto deleite masculino.
La segunda invitación fue más a la altura de las circunstancias, estaba culminando el tema Tango Fail, entre explosiones y alarmas, y una persona poco conocida se paró frente a todos, abrió sus brazos tal cual Jesús y allí, otro descolgado lo conoció.
- El Malherido - gritó.
Ovacionar a alguien con ese nombre es complicado, pero todos gritaban y, para tratar de sanarlo, le arrojaban curitas, cerrando así la parte bizarra de la noche. El Malherido no fue presentado, él ni siquiera saludó, solo recitó un poema de Jim Morrison y se fue, sin saludar.
Minutos después el show terminó, era temprano aún, la prensa no había llegado y nadie tomó fotos con su celular (quizás alguna de Vicky mientras interpretaba She's Coming), pero, sabiendo que Rocker es parte de riñón duro de Vicky's Books, las chances de quitarle alguna palabra eran truncas.
Se despidió con un "nos vemos pronto chicos".
Y la gente ahora tiene un motivo por vivir, ver al Empresario Rocker en vivo.


LISTA DE TEMAS.

01- Opening.
02- Wild Weekend.
03- Cold help.
04- Dark and sweet dream.
05- Piano (tema sin título Inédito)
06- She's Coming (Con Vicky)
07- Lucy goes.
08- Punchi blues.
09- Mister Zoloft.
10- Our lord.
11- An ode to Bielsa (Newell's Carajo - Inédito)
12- Tango Fail / Recitado de Jim Morrison (Con El Malherido)
13- Street down.
14- CumShot.

Más de Rocker en EL FANZINE DE VIKCY.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Mister Zoloft - by Rocker



 Mister Zoloft es el disco debut de Rocker, en su nuevo papel como músico electrónico. Con melodías alegres y sin experiencia previa este viaje comienza con una Intro de piano, para luego darle rienda suelta a sonidos no naturales, y la electrónica cobra un valor protagónico a niveles descomunales.




Descarga GRATIS el disco Mister Zoloft haciendo clic ACA y a disfrutar!!

viernes, 12 de diciembre de 2014

La Pulsera Negra

Según cuenta la leyenda en algunos hospitales de Estados Unidos utilizan unas pulseras de color negro para marcar la hora a la que falleció una persona y cual fue el motivo de su muerte. Si ves a alguien con una de estas pulseras podrías estar junto a un fantasma…


Thomas era un joven médico que trabajaba de interno en un frío hospital de Dakota del Norte. Su vocación y sus ganas de salvar vidas eran el único motivo por el que no caía rendido de cansancio en unas interminables guardias que podían prolongarse hasta 36 horas y que le dejaban exhausto.
Aquella noche había sido especialmente dura, el servicio de urgencias no tuvo ni un respiro y Thomas había tenido que encargarse por primera vez de una paciente sin el respaldo de otro doctor. Luchó por la vida de la chica, que no debía tener más de 22 años, durante más de dos horas, pero desde que llegó se había considerado un caso perdido y en el hospital decidieron priorizar a otros pacientes que tenían más posibilidades de sobrevivir. Los daños que había sufrido la joven en ese accidente de tráfico múltiple eran tan graves, que incluso si Thomas hubiese conseguido obrar un milagro y la chica hubiese sobrevivido, las secuelas hubiesen sido tan graves que probablemente habría quedado en estado vegetativo.
Los médicos más experimentados del hospital habían acudido en la ayuda de los otros accidentados y decidieron “bautizar” a Thomas con un caso imposible para que un primer “fracaso” le hiciera comprender lo dura que es su profesión y no empezara a creérselo demasiado. Además priorizando a otros de los heridos habían conseguido salvar la vida de tres personas, en lo que había sido el peor accidente de tráfico que habían registrado las carreteras de la región en meses.
Thomas era consciente de que la chica probablemente nunca tuvo posibilidades de sobrevivir, pero aún así se sentía destrozado por dentro y tuvo que tragar saliva para contenerse las ganas de llorar cuando le puso una pulsera negra a la fallecida. La pulsera negra era un protocolo de su hospital que servía para marcar a un difunto y señalar la hora y causas de su muerte. Normalmente eran las enfermeras quienes se encargaban de rellenar los datos y ponerle la pulsera antes de mandar a un cadáver a la morgue. Pero Thomas pensó que haciéndolo él, el recuerdo de su primer “fracaso” le serviría para aprender y avanzar en la que puede llegar a ser una de las profesiones más duras. Memorizó cada una de las facciones de la chica y la cubrió con una sábana para que uno de los celadores se la llevara en una camilla por un interminable pasillo que conducía al depósito de cadáveres.
Al finalizar su turno, Thomas parecía un zombi, su cara demacrada por el cansancio y el fuerte impacto emocional de perder a su primer paciente le habían dejado destrozado. No era la primera vez que alguien se moría en una mesa de operaciones frente a él, pero esta era la primera vez que él era el doctor al mando y el “único responsable”. En su mente repasaba todos y cada uno de sus movimientos y trataba de buscar cual fue su error o si había algo más que pudiera haber hecho. Pero incluso él mismo, sabía que su proceder había sido impecable y que cuando a alguien le llega la hora es imposible luchar contra el destino.
Cabizbajo y caminando casi dormido entró en el ascensor. Se dirigía a la séptima planta donde tenía su ropa, lo único que quería era cambiarse e irse a dormir a la residencia que estaba a pocas calles del edificio del hospital. Eran las cuatro de la mañana y el hospital parecía vacío, tan absorto estaba en sus pensamientos que casi ni se dio cuenta de que había alguien dentro del ascensor cuando entró. Una mujer le saludó:
-Uff y yo que creía que tenía mala cara, ¿chico pero que te ha pasado?
Thomas se giró y vio a una mujer de unos cuarenta años que le sonreía, estaba casi tan pálida como él y aunque no tenía muchas ganas de conversar la contestó.
-Hoy ha sido un día muy duro, no se ni como estoy todavía de pie. Además he perdido a mi primer paciente – le dijo mientras ponía un gesto que denotaba que estaba a punto de echarse a llorar.
-Pues por la cara que pones estoy seguro que has hecho todo lo que podías, no seas tan duro contigo mismo.
-Muchas gracias, probablemente mañana pueda verlo de otra forma – dijo Thomas mientras se giraba a ver porque se había abierto la puerta del ascensor en una planta que ninguno de los dos había marcado.
Al mirar fuera vio la silueta de una joven en mitad del pasillo, al terminar de abrirse la puerta del ascensor comenzó a girarse lentamente hacia ellos. Thomas al ver la cara de la chica dio un salto hacia atrás y pegó la espalda a la pared del ascensor mientras señalaba a la chica que había fuera y trataba de decir algo sin conseguir articular palabra. De repente pareció recuperar el control de su cuerpo y se abalanzó hacia el panel del ascensor presionando repetidamente el botón que cerraba las puertas. La mujer que había en el interior del ascensor se quedó mirándole perpleja cuando la puerta se cerró cuando faltaba menos de un metro para que la joven que había fuera entrara en el ascensor.
-E… e… esa chica – dijo tartamudeando del susto – yo mismo la vi morir, no pude hacer nada para salvarla y le puse esa pulsera negra.
La mujer que se había mantenido pegada a la pared sonrió y mientras levantaba el brazo le preguntó:
¿Una pulsera cómo esta?
Thomas se giró a mirarla y vió como en su muñeca había una pulsera de color negro, idéntica a las que usan en el hospital. El joven médico se desmayó del susto y en su caída agarró fugazmente el brazo que le mostraba la mujer con la que había compartido la charla en el ascensor.
Minutos después encontraron a Thomas aún desfallecido en el suelo del ascensor. Todos atribuyeron su desmayo al cansancio. Pero él sabía que lo que había pasado era real, en su mano tenía una pulsera negra que había arrancado sin querer del brazo de la mujer que había en el ascensor mientras caía desmayado. Al revisar la pulsera pudo comprobar que la mujer había fallecido dos años antes en un accidente de tráfico muy similar al de la chica que quiso salvar.