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El nivel o grado de locura de un individuo es
directamente proporcional al nombre que le pongamos a esa voz. ¿Qué clase de
loco le pone, por ejemplo, Tintina a su voz interior? ¿Se imaginan una voz
susurrándonos al oído que se llame Pepino? ¿Pepito? ¿Juan Ignacio? ¿Qué clase
de loco maníaco bautiza a su voz como Capone, Jack, Ricardo?
Esta voz, la mía, la nuestra, porque quizás
llegue a ser una voz interior colectiva, se llama Vicky. Vicky es la encargada
de hacer las veces de angelito cuando corresponde, y es esa diablita divina que
nos susurra al oído casi imperceptiblemente que le pongamos el pie a un ciego,
esa que nos obliga a reírnos de alguien que se cae en la calle, es ella, y solo
ella, quien nos aconseja dejar de saludar al vecino y/o vecina porque utiliza
el árbol de nuestra vereda para estacionar su auto los días soleados. Vicky no
es ni más ni menos que eso. Un Ángel y un Demonio. Dios y el Diablo. Aceite y
agua. Gata y perra. Arena y cal. Y así podremos enumerar cantidad de ejemplos
que ustedes ya entendieron.
Vicky´s Books no es sino ese intento cruel por
mantenernos vivos, esa sana excusa por la cual muchos matarían. Tenemos algo, y
eso, en los tiempos que corren, es mucho decir.
Bienvenidos sean al paraíso.
Lee más de Vicky's Books en su Página Oficial.
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