El
Malherido es un personaje singular salido de ese semillero que es Vicky´s Books,
por momentos parece estar tomando el control de la nota, por momentos parece
estar tomando el pelo a quien lo reportea. Tan prolífico como polémico no
esquiva ningún bulto y acusa a la sociedad de estar susceptible y demasiado
expuesta.
Saquen
sus propias conclusiones.
Periodista: -¿Quién es El Malherido?
El Malherido -¿Así
empieza su entrevista?
P: -Si, no esperamos menos de usted.
EM: -¿Esperamos? Aquí estamos solos usted y
yo. A excepción que usted considere que
yo espero algo de mí, en cuyo caso es una deducción falsa.
P: -Me refiero al público y a los que estábamos esperando su
palabra después de su misteriosa huida a las montañas.
EM: -No tuvo nada de misteriosa, fue publica, todo
el mundo supo que me fui. Otra vez más cayó en la falacia.
P: -Misteriosa por introspectiva.
EM: -Entonces introspectiva, las cosas por su
nombre, por favor.
P: -Creo que empezamos mal
EM: -Coincido.
P: -¿Empezamos de nuevo?
EM: -Se lo pido por favor.
P: -¿Quién es El Malherido?
EM: -¡Y vuelve la mula al trigo! Supongamos que a
usted se le presenta un genio y le concede comenzar todo de nuevo, su vida, su
viaje personal. ¿Haría todo tal cual? De su respuesta depende la continuidad de
la nota.
P: -Por supuesto que no.
EM: -Entonces imagine que soy un genio que le ha
concedido semejante tarea, llévela a cabo con responsabilidad.
P: -¿Por qué decidió irse?
EM: -Estaba esperando, una mañana recién despierto,
a Rocker en una terminal de ómnibus. Era temprano, tipo siete y hacía mucho
frío. Me estaba frotando las manos y dándoles aliento para poder sobrellevar
mejor la baja temperatura. Imaginesé la escena. En eso, irrumpe en la soledad
del andén un testigo de jehová, el cual me da un volante explicativo con las
bondades de su creencia con respecto a la depresión y al suicidio. Pensé en
decirle miles de cosas creativas, locas, que lo desconcertaran o que al menos
dieran origen a una discusión teológica sin el menor sentido, porque uno sabe
que contra esa gente uno tiene las de perder, las de empatar significarían la
gloria. Pero no pude decirle nada. El tipo creo que se cansó de hablarme y se
retiró, yo tiré su folletito en un cesto de basura. Luego pensé ¿Y si el tipo
tiene razón? ¿Si hay algo más? ¿Si necesito ayuda? ¿Estoy caminando el camino
correcto? Estallé en una crisis y me tomé un colectivo con unos escasos
billetes que tenía en el bolsillo y me retiré a la montaña.
P: -¿Por qué a la montaña si podría haberse
alquilado un departamento en el centro o construido una cabaña en algún lugar
alejado?
EM: -Porque la montaña es una metáfora.
P: -¿No hubo montaña?
EM: -Si la hubo.
P: -¿Está en su mente?
EM: -No, está, es el cerro Uritorco, en Cordoba y
es bien real.
P: -¿Hasta allí?
EM: -La distancia de todo es la cercanía con uno
mismo. Mientras más lejos estamos, mientras más solos, mientras más rústica sea
la existencia, más claro se ve todo. Es como ver una foto, si te la pones
pegada a los ojos, seguro vas a ver un manchón de colores; si le das una
distancia, ves las formas, el entorno, los detalles, el paisaje, etc. Y eso necesitaba
yo, verme desde otro plano, desde la lejanía pero desde la cercanía. La vida
tiene otra óptica, empieza a tener protagonismo, uno se da cuenta que vive
rodeado de cosas superfluas, cosas inútiles, las cosas realmente necesarias,
como el amor o la paz, son intangibles o tienen la belleza de la sencillez de
un abrazo o un beso. Todos tenemos una montaña a la que dirigirnos en alguna
oportunidad, todos en algún momento caemos en la necesidad de extrañar ciertas
cosas, que en definitiva es la única manera de valorarlas y eso solo lo aporta
la soledad, la soledad que trae la montaña.
P: -¿Escribió algo en ese tiempo?
EM: -Me llevé lo puesto, mientras iba en la ruta
mandé un mensaje a mis compañeros comunicándoles la decisión y arrojé el
celular por la ventanilla del baño del micro.
P: -¿Cómo subsistió?
EM: -Me alimenté de vegetales que cultivaba.
P: -¿Por qué decidió volver?
EM: -Volví porque había encontrado la suficiente
paz que necesitaba, el Cerro Uritorco es un centro energético por excelencia.
Reacomodé algunas cosas que me estaban haciendo mal, muy mal, me estaba
destruyendo. Le puse un poco de enduido al alma y me di una manito de pintura.
Soy como un Zaratustra moderno, tal vez algún día haga un libro llamado ¨Así
habló El Malherido¨ (Risas fuertes).
P: -Se lo ve menos malherido ¿Hora de cambiar su
alter ego?
EM: -No, las heridas son cíclicas, la diferencia
está en que no me ahogo en un vaso de agua. He crecido, he madurado, he
aprendido de las plantas a que todo tiene su tiempo, hay un tiempo para brotar,
uno para florecer y otro para marchitarse. El secreto es saber conservarse
florido, saber escuchar a tiempo y saber hablar a tiempo. Las plantas son
sabias.
P: -¿Y sus compañeros?
EM: -Muy bien, gracias.
P: -Pero digo ¿Cómo se tomaron esta decisión?
EM: -Por suerte tenemos un grupo increíble en el
que subsiste lo humano, nos conocemos desde la escuela secundaria y eso hace
las cosas muy simples. No es casualidad que con ellos hayamos hecho esto que
todos conocen como Vicky´s Books. Respetamos los tiempos de cada uno, las
necesidades y los espacios de cada uno. Somos una especie de familia Simpson
del arte, pero sin esos aires de disfuncionalidad, solo la locura.
P: -¿Cree en Dios?
EM: -La pregunta es ¿Dios cree en mí?
P: -¿Por qué el misterio, los alter egos, las
escasas notas, por qué no se muestran en público?
EM: -Estamos enfermos. (Risas) En un mundo en el
que la sobreexposición abunda y es nociva ¿Para qué hacerle el caldo gordo al
sistema? Si nuestros textos hablan por nosotros ¿Cuál es el motivo de una nota?
¿Para qué vamos a escribir en un muro en Facebook si estamos comiendo tostadas
o acostados con la vecína? Con el progreso humano, al menos con lo que se
considera progreso, han caído las paredes que delimitaban nuestra intimidad, no
hay intimidad en un planeta en que la sociedad está demasiado susceptible y eso
es una combinación explosiva. Una persona que quiere preservar su intimidad,
que no se muestra, tiene algo que ocultar, es un resentido, un alienado o peor:
es un loco o un potencial homicida.
P: -Por último ¿Quién es El Malherido?
EM: - Sacá tus propias conclusiones…
Lee más sobre Malherido en El Fanzine de Vicky.